Cuando éramos pequeños, una de las frases más repetidas por las «personas mayores» cuando se referían al proceso de aprendizaje era «la letra con sangre entra». Seguro que la has escuchado en más de una ocasión, ¿nos equivocamos?

La neurociencia ha demostrado, que el aprendizaje es mucho más eficaz cuando hay diversión de por medio. Y esto es especialmente importante en las primeras etapas del desarrollo de los niños, es decir, en educación infantil.

El juego, además de ser uno de los principios básicos de la educación, es fundamental también para la adaptación social. Ya decía Platón sobre el juego:“al enseñar a los niños pequeños ayúdate con algún juego y verás con mayor claridad las tendencias naturales en cada uno de ellos”.

Cada niño, tiene unas preferencias con respecto a los juegos que más les gustan. Y desde bebés, juegan solos según sus posibilidades y gustos, con diferentes partes de su cuerpo. 

En el cole de los peques, se fomentan los juegos que sabemos son más adecuados para desarrollar habilidades como por ejemplo motrices (lateralidad básica, cruzada…).