Aprendizaje y Crecimiento
Aprendizaje
La neuroeducación proporciona un enfoque novedoso, basado en el estudio profundo del cerebro humano que ayuda a diseñar nuevas metodologías para conseguir que los procesos de aprendizaje sean mucho más efectivos que los utilizados tradicionalmente. Es decir, gracias a la neuroeducación y su aplicación en los niveles tempranos de aprendizaje, se favorece un correcto desarrollo cerebral y emocional del niño.
Porque nuestra función es educar personas únicas, hábiles y capaces de afrontar los momentos difíciles que todas las personas sufrimos a los largo de nuestra vida. De ayudarlos a ser conscientes de que hay que luchar cada día por alcanzar la felicidad.
La neurociencia ha abierto un mundo de posibilidades que se aplican a diferentes ámbitos del conocimiento. Cuando se aplica a la educación, el término usado es el de neuroeducación.
La neuroedución aporta muchos beneficios en el proceso de aprendizaje. Esto es posible gracias a que ahora conocemos que la lectura y la especialmente la lectura comprensiva, mejoran mediante actividades de fomento de las capacidades visuales, a través de ejercicios como movimientos de los ojos, convergencia visual…, mientras que se favorece el aprendizaje de las matemáticas con el desarrollo de la lateralidad y cuando se emplean metodologías activas, actividades creativas y de manipulación.
Lo que tratamos de hacer no es poner en cuestión el trabajo que se ha realizado por parte de familias y educadores hasta el momento. Más bien se trata de comprender cuáles son las etapas de desarrollo por las que pasan nuestros hijos, descubrir las necesidades que pueden tener en cada momento y saber qué podemos hacer para que puedan alcanzar el máximo el máximo potencial. Porque la infancia es la etapa clave que servirá como base para el resto de su vida.
Crecimiento
Además de favorecer el aprendizaje de nuevas materias, la neuroeducación ayuda al crecimiento al establecer puntos de referencia para adquirir habilidades denominadas «blandas» y que están relacionadas con la estructura psíquica, las habilidades sociales, la motivación el comportamiento…
Pero además, la neuroeducación proporciona instrumentos para la detección temprana en los niños que presentan necesidades educativas específicas, cada vez más frecuentes y que provocan sensaciones en los niños de «qué pinto yo aquí» cuando se detectan tarde.
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